jueves, 16 de septiembre de 2010

Ecos secretos.

Esto lo escribí ayer en la nochecita, que les sea leve.

Tienes en la mirada
ecos de los sueños,
eróticos, románticos, naíf,
sueños que sueño
cuando cierro los ojos y no estás.

Origami, maché, artesano…
nada parece tan complicado,
digo, para mi que parezco manco:
oír la verdad de tus labios,
esperando,
luchando,
no quiero pensarlo.

Oír la verdad de mis labios,
mirando tus ojos:
buscando,
reformulando,
en breves palabras:
por ti sigo aquí.

Amiga, hermana,
recurso vano, sólo palabras,
amiga, hermana,
quiero que conmigo sigas,
una mentira, una verdad.

Entiendo mi lugar,
sólo que en secreto;
espero, sueño con más.
Amiga, hermana,
sonrío al decirlo.
Mi vida, mi amada,
imagino que sabes…
al decirlo me sabe a noche y mar.

Y duermo con un “te quiero”
con sabor a te extraño, te deseo,
orillando mi mente
necia,
escéptica.
Siempre en huída.
Orillando mis sueños
más tiernos
(en público jamás lo voy a aceptar)
Conscientes de que eres:
orilla de playa, paraíso de mar.
Nube de lluvia,
fulgor de luna.
Orilla de playa, noche de mar.

Recuerdo la noche,
más cercana, tan lejana ya,
apenas ayer.
Recuerdo tus palabras,
escucho en la noche
tras el viento, los fantasmas,
escucho tu voz, mis palabras,
quiero verte…
un deseo, nada más.

Imagino que sabes
entre risas de café,
ríos de tinta,
origami, papel maché,
mis secretos, mis sueños,
incluso lo que hoy callé.
Mis sueños, mis secretos,
incluso lo que ayer soñé.

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