miércoles, 20 de octubre de 2010

Déjame ser.

Déjame ser tu primer suspiro,
ese halito matutino
que te anuncia un nuevo día,
llenando tus pulmones
de esperanza y alegría.

Déjame ser ese último bostezo,
que te recuerda la noche
y te ata al colchón,
robándote preciosos segundos
enredando tus piernas en el edredón.

Déjame ser la primera gota de agua,
resbalando por tus senos,
debajo de la ducha,
en medio del jabón,
acariciándote me pierdo
en el bosque y el cañón.

Déjame ser ese quejido
el primero de la noche
el que anuncia el idilio,
el que abre caminos,
derrite el hielo
y hace que brote el río.

Déjame ser esa gota de sudor
resbalando por tu cadera
cuando exhausta te dejas caer
satisfecha, contenta,
cuando placer en tu rostro se ve.

Déjame ser tu cansancio,
las piernas que se doblan,
el corazón agitado
la humedad que te enciende
el dolor que da placer.

Déjame ser tu hombre,
por una noche,
una vida o un mes.
yo soy nova de corta vida.
Hoy estoy,
ilumino, quemo,
mañana me consumiré.

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